La propuesta de la galería Isabel Hurley para ZONA MACO 2022 reúne obras de tres artistas, cuyas distintas trayectorias y poéticas encuentran como aglutinante el uso de un lenguaje expresivo, en apariencia infantil −recurrente en el arte actual− y que se manifiesta a través de un discurso multidisciplinar. Tanto Aideen Barry como Natalia Castañeda y Antonio R. Montesinos, reivindican la fantasía como herramienta para entender el mundo que explora el modo en que los creadores recurren a la iconografía propia de la niñez para explorar cuestiones trascendentes como la vulnerabilidad del hombre contemporáneo, la pérdida de la inocencia o la violencia y el mercantilismo de las relaciones. Las creaciones de todos ellos dialogan con fluidez, generando una retroalimentación de gran dinamismo, estableciendo sinergias y reforzándose mutuamente. Remiten al imaginario del juguete, al código visual de los cuentos y los cómics, que recuperan la infancia y comparten su forma de ver el mundo en clave de humor, con el objetivo de trasmitir y estimular los valores y las emociones que fortalecen las capacidades personales y colectivas.
Para Nietszche: “La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño”, mientras que Huizinga, en su Homo Ludens, advierte que el sentido lúdico y el humor son la mejor herramienta para la rebelión, utilizada como estímulo para crear un debate sobre cómo cambiar. Los juegos y juguetes dan pie a todo tipo de interpretaciones e interpelaciones.
La imaginación es un territorio común que comparten los artistas y los niños, un universo personal descontaminado de prácticas prefijadas que al estar despojado de tabúes, aprensiones o prejuicios permite inventar desde el estatuto de lo auténtico. Para el pensador argentino Giorgio Agamben: “la imaginación, que hoy es suprimida del conocimiento como 'irreal', era en cambio para la antigüedad el medium por excelencia del conocimiento, ocupaba en la cultura antigua y medieval exactamente el mismo lugar que nuestra cultura asigna a la experiencia” [Infancia e Historia. Ensayo sobre la destrucción de la experiencia’. Pág. 160. Adriana Hidalgo Editora, Buenos Aires, 2004]. Alentada por la fantasía y una verdadera libertad, la imaginación que demuestran estos trabajos permite enfrentarnos a las cosas de manera global, situando en un mismo nivel lo objetivo y lo subjetivo, lo consciente y lo inconsciente, lo sensible y lo inteligible. Una parte de nosotros vinculada a lo emocional que la sociedad contemporánea ha ido desatendiendo poco a poco decanta por la certidumbre con la confianza absoluta de que el hombre es capaz de acceder a la realidad sólo a través del conocimiento empírico y cabal, arroja muchas lagunas sobre el comportamiento de las personas y la mayoría de los fenómenos que nos acontecen. La realidad se regía por impulsos y energías, un caudal de originalidad que conecta de manera metafórica la era pre-racional del hombre con la infancia, una retrospección hacia la esencia que se ha convertido hoy en uno de los motores sustanciales de la creación contemporánea.
Las piezas presentadas adoptan la apariencia inocua de las historias y juegos vinculados con el candoroso universo infantil, pero sus mensajes y significados alcanzan los terrenos más inesperados: espanto, perturbaciones, pérdidas, violencia, injusticia... Son trabajos que recurriendo a la sencillez, crean disonancias cognitivas en un intento de establecer una dinámica interactiva y en la que sus trabajos son percibidos de una manera paradójica, ofreciendo escenarios donde pensar las contra-dicciones de la sociedad del siglo XXI.
Byung-Chul Han (Sociedad del cansancio, Herder, 2019, pág. 105) argumenta que es en la fiesta cuando los hombres juegan para los dioses y que al vivir en unos tiempos sin festividad hemos perdido toda relación con lo divino. Trae a colación unos párrafos extraídos del diálogo platónico Las leyes, en el cual el filósofo ateniense explica que el hombre fue creado como un juguete de los dioses y que eso es realmente lo mejor de él, y que, por tanto, hombres y mujeres tienen que vivir la vida jugando a los juegos mas hermosos para que los dioses se nos vuelvan benignos.
El trabajo presentado por Antonio R. Montesinos (Ronda, Málaga, 1979) en ZONA MACO pertenece a Hijos del Relax, un proyecto en el que lleva trabajando desde el año 2019 y que pretende realizar un análisis crítico del turismo y la arquitectura de la Costa del Sol –al sur de España– en los años 60 ́y 70 ́del siglo pasado, bautizada como Estilo del relax.
El proyecto Hijos del Relax pone de manifiesto cómo la actividad turística ha trasformado profundamente la zona costera de la provincia de Málaga, más conocida como Costa del Sol. El boom urbanístico generó una gran transformación de localidades costeras como Torremolinos, Benalmádena, Fuengirola o Marbella, motivando además un éxodo masivo desde el interior hacia la línea de costa, debido a la gran demanda de mano de obra en la zona litoral. Esta situación causó además una transformación en la identidad de sus habitantes, ya que la actividad turística facilitó la entrada de ciertas libertades en la zona durante la fase final de la dictadura franquista. Entre otras muchas, la familia del artista formó parte de esa migración, que fue vista como una promesa de felicidad y progreso.
El proyecto parte de una emulación –treinta y cinco años después– del viaje que hicieron Diego Santos, Carlos Canal y Juan Antonio Ramírez a lo largo de la carretera N-340 en 1986. Este viaje dio lugar al libro Estilo del Relax (1987), y fue inspirado a su vez por el que hicieron Venturi, Brown e Izenour en 1968 por en el Strip de Las Vegas, y del que surgió Learning from Vegas (1972).
El resultado el viaje de Montesinos es un archivo subjetivo, compuesto por detalles arquitectónicos –estructurales y decorativos– que documentan el estado actual de algunos de los edificios más emblemáticos del denominado Estilo del Relax, documentado mediante fotografías y plasmado en unas esculturas que suponen la relectura lúdica de estos elementos constructivos.
Hijos del Relax (Playamar), 2019
Técnica mixta (DMF, metal y pintura)
64 x 115 x 3 cm
Hijos del Relax (Frank Sinatra), 2019
Técnica mixta (DMF, metal y pintura)
48 x 141 x 3 cm
Hijos del Relax (Pez Espada), 2019
Técnica mixta (DMF, pintura y pigmentos metálicos)
19 piezas de diferentes medidas, con dimensiones variables según montaje (Aprox. 35 x 2´80 x 15 cm)
Hijos del Relax (Palacio de Congresos), 2019
Técnica mixta (DMF, pintura)
98´5 x 119´30 x 3 cm
RLX (Mare Nostrum), 2019
Técnica mixta (DMF, pintura y tarjeta postal)
101 x 181 x 15 cm
Con la colaboración de: