Orden abierto
Orden abierto es un proyecto de Natalia Cardoso y Antonio R. Montesinos en la Galería Isabel Hurley, en Málaga. El proyecto parte de un acercamiento a distintos objetos metálicos del contexto del Paseo de Reding, calle en la que se encuentra la galería, para analizar cómo estos elementos –rejas, pilastras o barandillas– organizan el espacio urbano, así como el movimiento de los cuerpos y las miradas.
Cuando comenzamos este proyecto Natalia había realizado el proyecto Metal y metáfora / Cómo abrazar un cardo (2022), en el que relacionaba dos espacios malagueños en conflicto: el barrio de La Coracha y el río Guadalmedina. Por mi parte, seguía manteniendo gran interés por las infraestructuras que ordenan nuestra experiencia urbana, temática que había trabajado en el proyecto Loop-Hole (2018). Finalmente, Natalia y yo decidimos plantear un acercamiento a distintos dispositivos metálicos del contexto de Paseo de Reding, centrándose Natalia en las rejas que separan lo público de lo privado, y yo en las barandillas y pilastras que organizan nuestros desplazamientos urbanos.
Centrarnos en estos elementos nos permitía hablar sobre la importante carga semántica e ideológica que estos poseen, permitiéndonos vincular su materialidad con el acelerado proceso de industrialización que sufrió Málaga en la segunda mitad del siglo XIX y con la aparición de una burguesía genuinamente malagueña. Esta vinculación nos permitía además reflexionar sobre cómo estos objetos metálicos pueden incorporar el ornamento para convertirse en un símbolo estatus y sobre cómo incorporan además componentes ideológicos que afectan nuestra experiencia urbana. Para ello debemos entender estas relaciones siguiendo la forma en la que Manuel DeLanda analiza la evolución urbana en Mil años de historia no lineal (2012), un texto que propone pensar nuestras ciudades como el resultado de diferentes procesos de auto-organización de materiales geológicos, biológicos y sociales.
Si analizamos la historia de Málaga siguiendo a DeLanda, podríamos explicar el auge de la clase burguesa malagueña a partir de una serie de contingencias materiales que permitieron el desarrollo de la industria siderúrgica durante los siglos XVIII y XIX. Si bien este auge está relacionado con la paralización de las fábricas vizcaínas durante las guerras carlistas, el desarrollo siderúrgico malagueño no se explica sin la posibilidad de extraer hierro en Marbella y Cártama, sin arboledas que alimentasen los hornos o sin un puerto para distribuir la producción. Estos factores permitieron un desarrollo industrial que puede ser representado mediante el éxito de la ferrería La Constancia (que lideró el sector) y de Manuel Agustín Heredia, su propietario. Tanto la ferrería como Heredia se convirtieron en el estandarte de una nueva clase social burguesa en la ciudad, que se estableció en zonas como el Paseo de Reding, El Limonar o La Caleta y cuya nueva mentalidad capitalista permeó rápidamente en las instituciones malagueñas. En el ámbito íntimo esta mentalidad dio preferencia a la propiedad privada, utilizando las posibilidades ornamentales de la rejería para exhibir su poderío económico. En el ámbito público esta ideología impulsó una ordenación urbana de carácter utilitarista, que se ayudó de –entre otros elementos– distintos objetos de fundición como pilastras, bolardos o barandillas. Dispositivos materiales inoculados por una ideología que daba prioridad a productividad y facilitaba la circulación de cuerpos y mercancías.
Izaskun Chinchilla, en su libro La ciudad de los cuidados (2020), denomina –haciendo referencia a Bruno Latour– a este tipo de elementos como “cuasi-objetos”. Chinchilla define estos como el resultado de un meditado proceso de ideación institucional, mencionando también que su principal objetivo es afectar nuestra experiencia urbana, obligándonos a aceptar una ideología implícita que en realidad nunca ha sido debatida.
En conjunto, los diversos ejercicios que componen la exposición utilizan distintas técnicas para trasladar estos dispositivos al interior de la galería. Por mi parte, he utilizado la fotografía y el hierro para componer un paisaje de pilastras y barandillas que pretenden aludir a cómo es esa ideología burguesa la que ha modelado de forma productivista nuestras coreografías urbanas. Cardoso ha utilizado en cambio el lienzo en crudo y el calco con resina cerámica para referirse a distintos accesorios de rejería y comentar como estos se ensortijan
para exhibir el estatus burgués. Una vez dentro del espacio expositivo, las piezas presentan un catálogo de alteraciones y reinterpretaciones que juegan a percibir estas como blandas o frágiles, creando ritmos y formas maleables con el objetivo de exponer y comentar la ideología que incorporan.
Príes 4-30
Impresión pigment print sobre papel Photo Pearl con base de resina, montado sobre dibond 3 mm y hierro.
110 x 21 cm.
Príes 4-30 documenta algunos de los remates en forma de "punta de lanza" que tienen las verjas situadas en las antiguas casas unifamiliares que se encuentran entre los números 4 y 30 de la Avenida Príes. Este conjunto de viviendas fue construido en la segunda mitad del siglo XIX, interviniendo en la construcción de algunas de ellas destacados arquitectos de la época como Gerónimo Cuervo. En la actualidad este conjunto es un ejemplo del proceso urbanístico que se produjo en esta zona, en la que el uso residencial sustituyó poco a poco al uso industrial y se establecieron las bases para que la burguesía malagueña se pudiera instalar posteriormente.
Como el resto de piezas con las que participo en el proyecto expositivo, estas también pretenden documentar y “traer al interior” de la galería los distintos casos de rejería encontrados en el contexto del Paseo de Reding. Esta unión entre exterior e interior ha influido también en la instalación de la pieza, que se ha colocado a la misma altura que se encontró en la calle: justo por encima de la cabeza.
Reding 43
Impresión pigment print sobre papel Photo Pearl con base de resina, montado sobre dibond 3 mm y hierro.
35 x 21 cm.
Reding 43 documenta dos detalles ornamentales casi idénticos que pertenecen a las rejas de una de las puertas ubicada en los locales comerciales de Las casas de Félix Sáenz, dos bloques de viviendas de estilo regionalista encargados por el empresario y político Félix Sáenz y realizados por el arquitecto Fernando Guerrero Strachan en 1922. En uno de estos edificios –en el número 39– se sitúa la galería Isabel Hurley, donde se expone el proyecto.
Al igual que el resto de piezas con las que participo en la exposición, esta pieza trata de documentar y “traer al interior” de la galería algunos casos de rejería encontrados en el contexto del Paseo de Reding. Esta relación con el exterior se refleja en la disposición de la pieza que se sitúa casi en el suelo, a la misma altura que se encuentran los elementos documentados.
247
Impresión pigment print sobre papel Photo Pearl con base de resina, montado sobre dibond 3 mm, hierro y metacrilato.
60 x 40 cm c/u. (Aprox.)
La serie 247 hace referencia al kilómetro de la N-340 (vía a la que he dedicado varios proyectos anteriores) en la que se han realizado las fotografías, que coincide con la zona en la que se encuentra el Paseo de Reding y la Avenida de Príes. Esta serie pretende documentar en detalle algunos ejemplos de objetos metálicos localizados en estas vías malagueñas; dispositivos diseñados para organizan el movimiento de los cuerpos, unas veces coartando este y otras ofreciendo apoyo. Las fotografías utilizan el plano corto para documentar objetos como pilastras, balaustradas, rejería o barandillas. Elementos que mediante el pulido, la pintura o el ornamento se convierten también en elementos simbólicos que nos hablan sobre los mecanismos de poder que operan en el ordenamiento urbanístico. Las distintas fotografías se apoyan sobre soportes de hierro –un material duro, pero a la vez maleable– que imitan las distintas formas documentadas, desplazando estas al interior de la galería. La serie, en su conjunto, pretende "traer a la galería" distintos elementos y materiales que después serán comentados y/o "tergiversados" en otras de las piezas que componen el proyecto expositivo, tanto mías como de Natalia Cardoso.
Ovando 01
Impresión pigment print sobre papel Photo Pearl con base de resina, montado sobre dibond 3 mm y hierro.
50 x 65 cm.
Ovando 02 (Barandilla)
Hierro.
165 x 20,5 x 115 cm.
Estas dos piezas funcionan en conjunto para aludir a unas barandillas reales que se encuentran en las calles Ovando y Enrique Gil Carrasco. Pretenden recoger una tipología especial de elementos metálicos que podemos encontrar en el contexto de Paseo de Reding. Esta vía se sitúa en las faldas del monte Gibralfaro y las distintas calles que la comunican con las calles más próximas al monte –C. Campos Eliseos o C. Ibiza– tienen una gran inclinación, por lo que es muy común encontrar barandillas y pasamanos que permiten subir las escalinatas con facilidad.
Como Blanca del Río menciona en el texto de sala, las piezas que presento en la exposición Orden abierto hacen referencia a los distintos elementos metálicos que dirigen nuestra experiencia urbana. Al explorar la zona me percaté sobre cómo las barandillas son un ejemplo distinto de mobiliario urbano: la mayoría de los elementos que organizan nuestro flujo en la ciudad (verjas, bolardos o pilastras) funcionan restringiendo nuestros movimientos, pero las barandillas o pasamanos están hechos para ser tocados –a diferencia del resto, que funcionan obstruyendo el paso o creando una amenaza de impacto– y funcionan como un soporte que ayuda a nuestros cuerpos a llegar a ciertos lugares más elevados. La pieza hace referencia a esta funcionalidad de soporte, alzándose al fondo de la sala e invitando a ser tocada.